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REFLEXIONES
27 DE SEPTIEMBRE DE 2022

El yoga no trata de tocarse los pies con las manos, va de lo que aprendes en el camino.

 

El yoga no va de posturitas en la playa (aunque tomarse fotos de esta guisa sea más divertido), en realidad es un sendero para la vida interna.

Pero, un momento ¿A caso observar la clase de pensamientos que nos vienen a la mente al ver este tipo de fotos no es yoga?

¿No estaríamos entonces ante un ejercicio perfecto que nos permitiría reconocer nuestras creencias y carencias? ¿No estaríamos entonces reconociéndonos a través de nuestros pensamientos y practicando yoga?

Muchas veces leo críticas de “yogis” en pos de la “verdad” hacia otras personas que parecen ser gimnastas y tener unas dotes y flexibilidad asombrosa que aparentemente, se subieron al carro del yoga hace dos días y lucen últimos modelos bien conjuntados a los que patrocinan. Todas ellas maravillosas. Como si para practicar yoga tuvieras que llevar telas rasgadas, pañuelo en la cabeza y demás lindezas estereotipadas. Y ojo que habrá de todo por ambas partes.

 

Y, he aquí mi reflexión: ¿Y-qué-más-da?

¿Quién está en posesión de la verdad y de qué verdad se trata? ¿A caso hay personas más o menos lícitas para hablar, opinar o practicar yoga? Ojo, ¿Sabemos quiénes crearon determinadas prácticas y qué tipo de actos se permitían en defensa de la “esencia del yoga”? 

 

¿Será que se nos olvida que vivimos otros tiempos y que igual tendremos que reinventarnos?

Qué más dará lo que hagan, digan o incluso cómo se fotografíen otras personas ¿A caso no tenemos ya suficiente con recorrer cada uno nuestro propio camino? (aplicable a otras disciplinas/facetas de la vida)

Y, es más, si alguien quiere hacerse una foto cocinando con los pies en la cabeza y llamarlo yoga, pues que lo haga. Porque el que de verdad lleve un tiempo transitando esa senda interior puede que ni se perturbe con ello. Sería algo así como: aquí cada perro que se lama su pijo, que diría alguien que yo conozco.

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Ahora, si algo te chirría incluso con esto que estás leyendo, a lo mejor es que aún falta camino que recorrer hasta llegar a entender que todo es perfecto tal y como sucede. 

Y esto lo digo yo como si lo dice Perico el de los palotes. Igual de lícito es, pues aunque aún nos cueste creerlo, somos seres libres merecedores de amor y compasión. Todos y cada uno de nosotros.

 

Y mi aporte: Aquellas palabras y juicios que emitimos hacia otros hablan más de nosotros mismos y de lo que tenemos que sanar, que de aquellos a los que señalamos con el dedo. Pues, nadie en su infinita sabiduría conoce el camino interno de otras personas más allá que ellas mismas.

 

Más de una vez he oído eso de “no pareces la típica profesora de yoga”. Esto me dio que pensar en alguna ocasión, pero no sobre cómo debía o cómo no debía de ser yo. Sino en qué clase de sociedad nos hemos convertido en la que todo tiene que ser catalogado, etiquetado y señalado. 

Y bueno, hasta aquí mi reflexión. Si tú también piensas algo parecido, como si no, siéntete libre de compartir tu opinión, aquí será siempre bien recibida, pues esta es también una buena forma de crecer y aprender juntas. Gracias por leer. 

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